¿Cómo
le digo a mi enfermo que su enfermedad es incurable?
Dar malas noticias
nunca es agradable, por la misma naturaleza del hecho. ¿Quién debe dar la
noticia a una persona que tiene una enfermedad incurable? El familiar más
cercano?, el médico?, la enfermera en turno?, un tanatólogo?, ¿Quién?
Ciertamente la familia
no se encuentra preparada para dar una noticia de esta magnitud, se quiere evitar
en la mayoría de las veces hablar de este tema, o evadir la situación pensando
que a “nosotros no nos puede ocurrir esto”. Probablemente en tu familia nuca
haya pasado esto, pero hay que hacer conciencia de que algún día nos podrá
pasar. Entonces, ¿a quién le toca?
Desde mi punto de vista, y al parecer la
literatura especializada también afirma, el diagnóstico siempre le debe tocar
al médico que está llevando el proceso terapéutico. Es el médico quien mejor
conoce el estado del enfermo y quien debe asegurarle un tratamiento adecuado
para su enfermedad, sea que lleve a la curación o sea paliativa.
Ciertamente el médico
se puede hacer acompañar en el momento de dar la noticia de algún familiar
cercano, como puede ser el cónyuge, el padre o la madre o un hijo. Este
acompañamiento será de apoyo al momento en que el médico de la noticia al
paciente acerca de su enfermedad incurable o de su tratamiento que llevará no pocos sufrimientos. Es muy
importante que la información dada al paciente y a su familia en el momento de
explicar sea muy clara y veraz. El enfermo tiene todo el derecho de recibir la
información que quiere saber y sólo la que quiere saber. Se recomienda a los
médicos emplear términos adecuados al paciente para su mayor comprensión y
asimilación de lo que está padeciendo y cómo será el tratamiento que seguirá.
Inmediatamente después,
es recomendable quedarse unos momentos con el paciente y su familia para que
asimilen y estar disponible para que hagan todas las preguntas que deseen. El
médico no es un cartero que llega da un mensaje y se va. Es incluso parte de la
terapia, de la recuperación, del bálsamo y seguridad del paciente en ese
momento.
Finalmente una vida de
oración en los profesionales de la salud les ayudará con la gracia del Espíritu
Santo a saber decir en el momento exacto, prudente y oportuno lo mejor para el
paciente que tienen enfrente en ese momento, pues cada uno de nosotros es único
e irrepetible.
P.
Alejandro de J. Álvarez Gallegos
Coord.
Diocesano para la Pastoral de la Salud
pastoralsaludyucatan@hotmail.com