Hablemos de Bioética…
Recopilación
Pbro. Lic. Alejandro de Jesús Álvarez Gallegos
Twitter:
padrealejandro
Educar
en la Sexualidad a los niños
La Educación Sexual es
un tema que preocupa a padres y educadores. La familia es el lugar privilegiado
para enseñar y formar a los niños y adolescentes en la comprensión del don de
la sexualidad y del correcto ejercicio de ella.
Hablar de sexualidad es
positivo y enriquecedor, nunca debe ser tratado como algo sucio u obsceno. Ha
de haber respeto, seriedad e, incluso, admiración ante el hermoso hecho de que
somos hombres y mujeres y podemos dar vida a otro ser humano.
Este curso quieren ser
un apoyo a padres y educadores, como ustedes catequistas, con la convicción de
que son ustedes, los que conocen personal y profundamente a cada niño, los que
pueden acompañarle y guiarle en la tarea de transformarse en adultos.
- Primera Infancia (hasta los 7 años)
- Segunda Infancia (7 a 9 años)
- Pre-adolescencia (9 a los 11 años)
Primera Infancia (aproximadamente
hasta los 7 años)
Durante la infancia los
niños “descubren” la existencia de los sexos: saben que hay niños y niñas y que
son diferentes. En esta edad es muy importante que los padres digan a sus hijos
lo felices que se sintieron cuando supieron que era “él o ella” en el momento
de nacer o en una ecografía. El niño está desarrollando las bases de su
seguridad personal y de su propia personalidad y necesita mucho el saberse
querido y aceptado como es, por aquellos que más ama: sus padres.
Es también muy
importante que los niños observen una clara distinción en los papeles de papá y
mamá. En el vestir, en las actitudes empleadas, etc. Esto no significa educar
en la idea de que el hombre fuera de casa y la mujer en la cocina, es bueno que
los niños vean a papá ayudando en casa y mamá que puede trabajar fuera, pero
saber que hay ciertas “tareas” que cada uno de ellos hace por los demás
miembros de la familia.
El niño pequeño es
egoísta por naturaleza, en su mundo aún no hay más personas que él mimo, mamá y
papá, los cuales viven para él. Por este motivo, es importante en estos años ir
educando en la generosidad y también en la comprensión de que el amor implica
sacrificio y abnegación por los demás. El testimonio de los sacrificios que los
padres hacen por sus hijos, que mamá hace por papá y viceversa, es mejor que
mil palabras.
Otro elemento muy
importante en esta edad es el desarrollo de una relación de confianza con los
padres. El niño debe sentirse siempre seguro de que sus palabras son escuchadas,
creídas y aceptadas; obviamente esto implica estar atentos a las pequeñas
mentiras o fantasías normales y ayudarle al niño a reconocer entre la realidad
y sus sueños y a asimilar que es mejor siempre decir la verdad aunque duela.
Esto facilitará que más adelante sea a sus padres a los que consulte sus dudas
respecto a su sexualidad, y disminuirá el riesgo de ser objeto de abuso. Un
niño bien atendido, que confía en sus padres y está advertido de los extraños,
es una presa difícil para quienes abusan de menores.
Objetivos en la
educación sexual a esta edad:
- que el niño desarrolle una sana afectividad
por quienes les rodean y hacia sí
- que el niño vaya conociendo progresivamente
las diferencias sexuales entre hombres y mujeres
- que viva con naturalidad su realidad corporal
y sus funciones
- que vaya adquiriendo un vocabulario adecuado
para estas realidades
- que comprenda la importancia del amor en las
relaciones familiares
- que reconozca el papel de la familia en su
vida y su papel en su familia
- que comprenda que los niños tienen padre y
madre, que se desarrollan en el vientre de su madre (generalmente basta
hablar de una semilla inicial)
- que sepa los conceptos básicos del nacimiento
de los niños y la necesidad de mayor atención y cuidados que tienen los bebés
- que comprenda y viva que el crecimiento no
sólo es aumento de tamaño sino que implica responsabilidades
Medios que pueden
utilizar padres y formadores:
- tener manifestaciones de cariño hacia los
niños, éstas dependerán de las costumbres de la familia, del carácter de
los niños, etc; pero nunca pensar que porque han dejado de ser “bebés” ya
no necesitan besos, caricias, abrazos, palmaditas en el hombro, etc.
- demostrar siempre cariño y atención a sus
preguntas y comentarios, que los niños vean que tiene atención, pero sin
permitirles abusar
- ser claros y veraces ante las preguntas de los
niños, adecuando la cantidad de información a la capacidad de comprensión
del niño
- aprovechar las oportunidades que presentan los
hechos de la vida normal: la llegada de un nuevo hermano o primo generará
curiosidad y la posibilidad de entablar muy buenas conversaciones
- estar atentos a la información que los niños
están recibiendo por televisión u otros medios. Saber mostrar lo que es
natural y que hay personas que realizan conductas diferentes no adecuadas
- desde los 3 años los niños comienzan a
entender la importancia de la intimidad y el pudor. Fomentarlo con el
testimonio y las palabras.
- si sorprenden a los niños en juegos o
comportamientos inadecuados, distraerlos y buscar que se interesen en
otros. Si insisten o preguntan por qué no pueden jugar a eso, decir que no
está bien y no tocar nuevamente el punto
Segunda Infancia (7 a 9
años)
Esta es una edad
relativamente tranquila en la que el niño madura intelectual y moralmente.
Acostumbra a ser llamada la edad de la obediencia porque los niños suelen ser
dóciles a las indicaciones de los mayores. En esta edad la sexualidad se
expresa en un vivo sentido del pudor, los niños ya no desean que sus madres les
ayuden a bañarse ni que los acompañen al baño. Es tal vez señal del inicio del
sentido de expresión de la propia dignidad. Inicialmente niños y niñas se
mezclan fácilmente, pero poco a poco comienzan una progresiva separación de
sexos, dejando de jugar juntos. Demuestran interés por el papel y
características sexuales de ambos sexos. Hay mayor curiosidad por el embarazo y
el papel del padre en la procreación. Ya a los nueve, comienzan a buscar
material informativo: dibujos, explicaciones, preguntan a los amigos y si alguno
del grupo adquiere información con facilidad la dará a sus compañeros, aunque
no sea de la mejor forma posible.
Es una época serena,
pero la curiosidad sexual sigue existiendo y actualmente hay muchas formas en
que un niño puede acceder a información sin necesidad de consultar a sus
padres. No hay que temer adelantarse, se puede ir tanteando terreno con
comentarios y preguntas en momentos de conversación tranquila y sin
interrupciones para ver qué tanto saben, qué intereses o curiosidades tienen.
En general el niño o la
niña harán preguntas, si no las hacen es mejor adelantarse y plantear el tema.
Su interés es intelectual, curiosidad sana por comprender algo que pertenece a
la vida cotidiana. Siempre es mejor que reciba la información de sus padres, antes
que de un amigo o de una revista o película, es mejor adelantarse un poco que
llegar tarde.
Cuando se entable la
conversación, hay que evitar que sea un simple informar y en realidad sea una
formación en el amor. No es necesario decirlo todo de una vez, se pueden dar
algunas informaciones básicas dejando la puerta abierta para próximas
“charlas”. Terminar, por ejemplo, con un “cuando tengas otra duda me dices y
continuamos”, “hay otros elementos del mismo tema, pero creo que por hoy es
suficiente, así tenemos tema de conversación para la próxima”. Y no tener miedo
de decir al niño que es mejor que todo esto lo sepa por sus padres o formadores
que por amigos o extraños, porque ellos no siempre tendrán toda la información
y pueden equivocarse.
Caso: Una niña de nueve
años recibió esta información de una amiguita de clases de la misma edad: “Papá
y mamá se acuestan desnudos, papá encima de mamá y así se engendran los niños”.
Al comentarlo con su hermana menor, ésta decidió inteligentemente decirlo a la
madre de ambas que las reunió para tener una charla “de mujer a mujer”. Les
explicó someramente las relaciones sexuales en un matrimonio, dentro de lo que
podían comprender y aprovechó para informarlas acerca de las menstruaciones. El
tema volvió a salir varias veces en los años siguientes, y en algunas ocasiones
el papá estaba presente. Cuando ambas niñas tuvieron su menarquia algunos años
después, no se sorprendieron ni angustiaron.
Respecto a las relaciones sexuales la mamá optó por ser clara (dado lo que ya habían escuchado de su compañera), pero especificó que ocurre en el matrimonio y por amor; y no se extendió demasiado en el tema.
Respecto a las relaciones sexuales la mamá optó por ser clara (dado lo que ya habían escuchado de su compañera), pero especificó que ocurre en el matrimonio y por amor; y no se extendió demasiado en el tema.
Es muy importante en
esta edad continuar formando integralmente a los niños, en los valores morales,
en el ejercicio de la voluntad, en la docilidad a la propia conciencia. A esta
edad comienzan a ser capaces de entender porqué ciertas acciones no se hacen,
porqué sus padres les prohíben algunas compañías o ir a ciertos lugares; pero
para entender necesitan saber, los padres deben dialogar con sus hijos,
llevarlos a interiorizar e ir haciendo suyos normas y principios de conducta.
Algunos elementos
prácticos que pueden ayudar:
- acostumbrarlos a hacer pequeños sacrificios
- fomentar los momentos de conversación en
privado con cada hijo: al salir de compras, al ir a recoger al hermano
- saber qué material reciben nuestros hijos: por
TV, revistas, Internet, los amigos, etc.
Los objetivos más
específicos de la educación sexual a esta edad están en una situación
intermedia entre los de la primera infancia y de la prepubertad. En este
sentido dependerá mucho de la madurez de cada niño, de la situación de la
familia, de la realidad que lo circunda y por lo tanto, es importante para
padres y educadores comprender que cada niño es diferente y que debe adaptarse
y adecuarse a sus necesidades. Esto es exigente, pero es señal de verdadero
amor y cariño.
Medios que pueden
utilizar padres y formadores:
- continuar demostrando el cariño y la confianza
en ellos, pueden “rechazar” las demostraciones de cariño porque “ya soy
grande”, pero es una pantalla y necesitan seguir sintiendo que son
importantes para sus padres
- mantener el clima de confianza, que los niños
sepan que sus padres les escuchan sin burlas ni prisas, que responden
siempre con la verdad, que no rompen sus confidencias innecesariamente
- fomentar conversaciones “en privado”,
interesarse por los gustos, las preocupaciones y los intereses de los
niños
- aprovechar los momentos en que se está a solas
con los niños, al recogerlos en el colegio, al terminar las tareas
escolares, cuando papá ha tenido una comida de negocios, etc. Si no se dan
espontáneamente, entonces es bueno producirlos: invitarlos a comer fuera
“solos mamá o papá y tú, para que podamos conversar de tus cosas”
- conocer las amistades y las actividades que
los niños realizan, involucrarse en ellas y estar presentes
- estar atentos a cambios de comportamiento,
aunque difícilmente implicará algo muy grave, sí puede ser manifestación
de una preocupación y una ocasión muy buena para entablar una conversación
- a esta edad los niños son capaces de razonar y
comprender los por qué de normas e indicaciones. Comenzar a darles las
razones de las cosas, explicarles y no cansarse de repetirles que buscan
su propio bien y que en ocasiones implica decir no o marcar límites.
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